martes, 31 de marzo de 2009

El mundo advierte

Me quito los zapatos y piso en la tierra húmeda de la lluvia de anoche. Entonces en este preciso instante siento como una energía que irradia la tierra entra en mi interior. Siento el sentimiento de la tierra y me obliga a expresarlo. Pero me doy cuenta que no se puede expresar con palabras. La frustración me lleva a gritar y empiezo a notar como si la tierra se aleja de mí.
Dejo de gritar.
Miro a mí alrededor, no veo a nadie. Cierro los ojos y me quedo en silencio, los abro y recito unas palabras. Una vez recitadas me doy cuenta que han pasado tres horas y esta amaneciendo. Noto como si el día se quiere adelantar.
Vuelvo a cerrar los ojos.
Los abro y recito otra estrofa. Veo que es mediodía.
Empieza a llover. Me quito el abrigo y dejo que el agua me moje, me siento en el suelo. Pienso en lo que me ha sucedido.
Por primera vez he sentido la vida de la tierra, miro al cielo. Veo el arco iris mientras unos rayos de sol me obligan a bajar la mirada. Miro al suelo y me veo reflejado en un charco de agua. Entiendo que formo parte de la tierra. Me entierro los pies.
Estornudo, me siento enfermo.
Miro al cielo y veo un humo negro. Me doy cuenta que algo esta enfermando la tierra, por lo tanto a mí también. Desentierro mis pies y me levanto. Me pongo a llorar. Grito. Noto como si la tierra se va de mi interior. Me pongo los zapatos, el abrigo y regreso a casa olvidando lo sucedido.

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